Marc Figueras, Barcelona 1981 Estudia pintura mural en la Escuela de Artes Llotja de Barcelona donde se titula como Técnico Superior en su especialidad.Estudia el arte del vitral en el taller del maestro vidriero J.Bonet.Menció de Honor al premio de Pintura del Gremio de Constructores de Cataluña.
Las obras de Marc Figueras son como instantáneas, imágenes que quedan en nuestra retina, irrepetibles, únicas, momentos de los que somos testigos y que rapidamente olvidaremos. Olvidaríamos, si el pintor no interviniese y perpetuase esas personas anónimas y especiales a la vez con su obra, haciéndoles trascender la finitud del momento. Marc Figueras pinta sus cuadros con la destreza y el talento del pintor añejo, impregnándoles en su favor la frescura y la lozanía de su juventud. Observando sus obras se reproduce en mi mente, como una música que sale de alguna de esas puertas o ventanas, un poema de una escritora cubana:"a veces voy por la calle y te tropiezo. He podido encontrarte en extraños lugares: una mano sin rostro, una mano en un parque, algo como un relámpago en la forma en que alguien saludó por cortesía..."
Marc Figueras nos muestra sus figuras anónimas, frías i vacías para inquietarnos con una série de óleos que nos dicen "nada". Pero ojo, ¿qué miran?, ¿que persiguen?, todos esos personajes abstractos de espaldas, sin rostro, multicolores, pero grises como cuando vas a trabajar en metro. Porqué detiene su mirada en ese momento, en ese instante de terror en el que uno se sabe solo en medio de tantos; sí, son verdad estos cuadros. Desapasionada certeza de saberse nadie...¿quién no lo ha sentido nunca?
Preguntar por qué pintar para expresar vacío es absurdo, se pinta para serse. Una actitud, un contacto con la extrañeza de los otros, de sus pasados, sus espaldas, sus identidades, no importan, pero se sienten. El ser humano es tiempo y luz como decía M. Zambrano.
Tras un alejamiento de sus multitudes se nota ya una cercanía transformando fondo, forma y soporte en una nueva vía todavía no transitada. Marc Figueras con su obra nos acerca a la materia a través de una constancia y de un profundo silencio.
Las obras de Marc Figueras son como instantáneas, imágenes que quedan en nuestra retina, irrepetibles, únicas, momentos de los que somos testigos y que rapidamente olvidaremos. Olvidaríamos, si el pintor no interviniese y perpetuase esas personas anónimas y especiales a la vez con su obra, haciéndoles trascender la finitud del momento. Marc Figueras pinta sus cuadros con la destreza y el talento del pintor añejo, impregnándoles en su favor la frescura y la lozanía de su juventud. Observando sus obras se reproduce en mi mente, como una música que sale de alguna de esas puertas o ventanas, un poema de una escritora cubana:"a veces voy por la calle y te tropiezo. He podido encontrarte en extraños lugares: una mano sin rostro, una mano en un parque, algo como un relámpago en la forma en que alguien saludó por cortesía..."
Marc Figueras nos muestra sus figuras anónimas, frías i vacías para inquietarnos con una série de óleos que nos dicen "nada". Pero ojo, ¿qué miran?, ¿que persiguen?, todos esos personajes abstractos de espaldas, sin rostro, multicolores, pero grises como cuando vas a trabajar en metro. Porqué detiene su mirada en ese momento, en ese instante de terror en el que uno se sabe solo en medio de tantos; sí, son verdad estos cuadros. Desapasionada certeza de saberse nadie...¿quién no lo ha sentido nunca?
Preguntar por qué pintar para expresar vacío es absurdo, se pinta para serse. Una actitud, un contacto con la extrañeza de los otros, de sus pasados, sus espaldas, sus identidades, no importan, pero se sienten. El ser humano es tiempo y luz como decía M. Zambrano.
Tras un alejamiento de sus multitudes se nota ya una cercanía transformando fondo, forma y soporte en una nueva vía todavía no transitada. Marc Figueras con su obra nos acerca a la materia a través de una constancia y de un profundo silencio.