Pages

Rafael Sanzio uno de los máximos exponentes del Renacimiento.



Este pintor y arquitecto italiano, uno de los máximos exponentes del Renacimiento, tuvo una corta pero prolífica carrera artística. Buena parte de las mejores obras de Rafael se pueden admirar en el Vaticano, aunque hay otras muchas repartidas por diferentes ciudades. Te vamos a mostrar las más representativas.

Las obras de Rafael durante su estancia en Florencia

El artista trabajó en Florencia desde 1504 hasta 1508. Allí, se empaparía de la influencia del arte de Da Vinci y Miguel Ángel. Estas son las obras más destacadas de Rafael en esos cuatro años de su vida:
Los desposorios de la Virgen


Un tema frecuente en el arte cristiano y durante el Renacimiento en Italia es el enlace entre la Virgen María y San José. En este caso, es un óleo sobre tabla realizado en 1504 y que, en la actualidad, se encuentra en la Pinacoteca de Brera de Milán.

En ella, se percibe la clara influencia del que se ha considerado su maestro: Pietro Perugino. Utiliza su misma técnica en cuanto a organización espacial y búsqueda de armonía. No obstante, es su pincelada, ligera y firme, la que otorga a esta obra una calidad insuperable.
Las Gracias



Es una de las pocas obras de Rafael que tiene como temática la mitología clásica. En ella, se puede ver a las tres gracias, que representaban las tres virtudes femeninas de la época: la castidad, la belleza y el amor.

La escultura Tres Gracias de Siena sirvió como fuente de inspiración para esta original y moderna pintura, que destaca por su armonía, su proporción y su serena belleza.
Autorretrato



Se trata de uno de los escasos autorretratos de Rafael. De hecho, es el único al óleo en el que aparece solo. Se cree que representa al pintor en su juventud, cuando todavía era discípulo de Perugino. Se conserva en la Galería Uffizi, de Florencia.
La bella jardinera



En este óleo, Rafael pintó a la Virgen acompañada de Jesús y San Juan en un huerto lleno de plantas; de ahí el nombre del cuadro. Una composición piramidal en la que los tres personajes se miran con dulzura.

Es una de las obras de Rafael que mejor muestra la maestría en la composición y la expresión que tanto dominó, así como la característica serenidad del arte del pintor. Se puede ver en la National Gallery, de Londres.
Las estancias de Rafael en el Vaticano

En 1508, el papa Julio II encargó a Rafael (que solo tenía 25 años) que decorara sus aposentos del Vaticano. Por este motivo, el pintor se mudó a Roma, donde vivió durante 12 años, hasta el fin de sus días.

La primera de las estancias que comenzó a pintar es la Stanza della Signatura, que aún hoy es considerada la gran obra maestra de Rafael. En ella, se pueden contemplar tres frescos magníficos: La escuela de Atenas, El Parnaso y La disputa del Sacramento.
La escuela de Atenas



Es una de las obras más conocidas de Rafael. En ella, se puede ver a los filósofos, científicos y matemáticos más importantes de la época clásica: Platón, Sócrates, Aristóteles, Pitágoras o Heráclito, entre otros.

Como curiosidad, podemos apuntar que, en el fresco, también podemos ver al pintor Miguel Ángel y al propio Rafael.

«La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia»

—Aristóteles—
La disputa del Sacramento



Fue el primero que realizó Rafael en la Stanza della Signatura. Este fresco se podría interpretar en contraposición a la Escuela de Atenas; es decir, representaría la verdad teológica frente a la verdad filosófica.

En su parte superior, se puede ver a la Eucaristía y en la zona inferior se puede ver a algunos de los padres de la Iglesia, entre ellos San Agustín, San Jerónimo o Gregorio Magno.
El Parnaso



Se encuentra en la parte norte de la Stanza della Signatura. Muestra el mitológico Monte Parnaso, la montaña sagrada donde residen Apolo y las nueve musas. También aparecen poetas de la Antigüedad clásica y otros muy posteriores, como Dante o Petrarca.

Rafael lo realizó en 1511. Fue, así, el tercer fresco en pintarse en la sala, después de La disputa del Sacramento y la La escuela de Atenas.
Misa de Bolsena



Este fresco se encuentra también en las llamadas Estancias de Rafael, pero en la Stanzia di Eliodoro. Muestra un milagro acontecido en 1263. Refleja el momento en el que un sacerdote algo escéptico celebra una misa en la ciudad de Bolsena y, durante la consagración, comienza a manar sangre de la hostia.
Liberación de San Pedro



También se puede admirar en la Stanzia di Eliodoro. Representa la liberación de San Pedro de la cárcel de Agripa I el Grande (conocido como Herodes en el Nuevo Testamento). Unos hechos que se relatan en tres escenas distintas. Rafael contó con la ayuda de Giulio Romano, uno de sus asistentes, para pintar este fresco en 1514.
El incendio del Borgo



Este fresco da nombre a otra de las salas de las Estancias Vaticanas, la Stanza dell’incendio del Borgo. Representa el milagro atribuido al papa León IV en 847, cuando, tras hacer la señal de la cruz, consiguió sofocar un incendio.

Es un fresco en el que se percibe más movimiento que en otros del artista. En su mayor parte, fue realizado por Giulio Romano, siguiendo, eso sí, los bocetos de Rafael.

Otras obras de Rafael.
El triunfo de Galatea



Representa a Galatea y el triunfo del amor platónico. Este está representado por ángeles, mientras que el amor carnal se muestra en forma de tritones, centauros y nereidas. Galatea, con una mirada serena, aparece sobre una concha llevada por delfines.

Rafael pintó este fresco en el año 1511, durante su estancia en Villa Farnesina, en el barrio romano de Trastévere.
Madonna Sixtina



En este lienzo se representa a la Virgen, el Niño Jesús, San Sixto y Santa Bárbara sobre una cama de nubes. Se cree que esta obra se concibió para decorar la tumba del papa Julio II, ya que San Sixto era el patrón de su familia.

El nombre de San Sixto proviene del latín y significa “seis”, el número de figuras que aparece en el lienzo. Se encuentra en la Gemäldegalerie Alte Meister, de Dresde (Alemania).
Retrato de Baltasar Castiglione



Rafael retrató a su amigo durante su estancia en Roma. Plasmó de forma magistral la penetrante mirada y la expresión circunspecta pero afable de Castiglione, un humanista, cortesano, escritor, noble y diplomático italiano. Se puede contemplar en el museo del Louvre de París.
La Velada



Este célebre retrato muestra una mujer que también aparece en otra de las obras de Rafael, La Fornarina. Se cree, aunque no se ha demostrado, que se trata de Margherita Luti, amante de Rafael e hija de un panadero.

En este bello retrato, destaca el contraste entre la calma del rostro y las agitadas ondulaciones de las ropas, así como el gran protagonismo de la luz.
Retrato de Andrea Navagero y Agostino Beazzano



Fue realizado al óleo sobre lienzo en 1516 y se conserva en la Galería Doria Pamphili, de Roma. Los retratados son dos humanistas italianos amigos del pintor, que logra captar al detalle todos los rasgos de sus rostros. Las miradas son tan reales que, si nos acercamos al cuadro, parece incluso que se mueven los ojos.
La Fornarina



Su nombre real es Retrato de una joven y es otra de las obras de Rafael más representativas. Un cuadro lleno de sensualidad en el que se representa, al igual que en La Velada, a Margherita Luti, esta vez semidesnuda y dirigiendo la mirada al espectador.

El cuadro se pintó al óleo sobre tabla entre 1510 y 1517. Cuando el pintor falleció, la obra pasó a la colección de la condesa de Santaflora; luego, pasaría a la Galería Nacional de Arte Antiguo de Roma, donde se puede admirar.
La Transfiguración



Fue realizada entre 1517 y 1520 y quedó inacabada, por lo que cuando Rafael murió debió ser terminada por su aprendiz. Se conserva en la Pinacoteca Vaticana. Fue un encargo de Julio de Médicis para la catedral de Narbona, en Francia. Representa a los apóstoles intentando, sin éxito, liberar a un niño poseído por el demonio.