Duffy Sheridan ha estado pintando desde niño. Su padre, también artista, lo animó a aprender a hacerlo. Ha viajado por el mundo y dedicado su vida artística a descubrir cualquier expresión de belleza en lo que ve. Aunque su familia y él han pasado muchos años en un retiro relativo en lugares remotos del mundo, el trabajo de Sheridan ha atraído la atención de los coleccionistas en los cinco continentes. Desde su regreso a los Estados Unidos en 1991, su trabajo ha recibido la aclamación internacional.