Pintura Metafísica de Giorgio de Chirico.
Pintor italiano. Nacido en Grecia de padres italianos, estudió a partir de 1906 en Munich, donde conoció la filosofía alemana y recibió influencias pictóricas de Klinger y, sobre todo, de Böcklin.
Con la obra de este último guardan evidente relación las primeras creaciones que realizó el artista a su regreso a Italia, por ejemplo, el Centauro herido (1909). En 1910 se trasladó a París, donde trabó amistad con Paul Valéry y Guillaume Apollinaire; sin embargo, no se interesó por las diversas corrientes de vanguardia que se desarrollaban en la capital francesa y se mantuvo ajeno a ellas durante toda su vida.
Fue entonces cuando comenzó una búsqueda autónoma de soluciones pictóricas, que no tardó en desembocar en un empleo peculiar de arquitecturas y maniquíes para definir un espacio intemporal y solitario que resulta extraño y misterioso; las arquitecturas (Melancolía otoñal) no cumplen la función de definir el espacio, sino la de acentuar el vacío y la soledad; los maniquíes (El gran metafísico, Héctor y Andrómaca) representan al hombre-autómata contemporáneo.
Después de ser llamado a filas en 1915, en 1917 ingresó herido en el hospital militar, donde conoció al pintor Carlo Carrà, con quien enunciaría los postulados de la pintura metafísica, corriente artística de corta duración, pero la más fecunda y original en la carrera de De Chirico, y según los surrealistas, precursora de su propia corriente artística.