Tom Bob de Nueva York lleva el arte callejero a un nuevo nivel. Con la ayuda de imaginación y talento, convierte los objetos ordinarios en las obras de arte más reales, más allá de las cuales es simplemente imposible pasar: desea considerarlas durante mucho tiempo. Y es especialmente fascinante comparar lo que estaba antes, y lo que sucedió después. Parece que los objetos parecen cobrar vida, mientras adquieren su propio carácter particular.