Altamira
Las Cuevas de Altamira son cuevas españolas famosas por sus pinturas rupestres del Paleolítico Superior que representan mamíferos salvajes y manos humanas. Están ubicados cerca de Santillana del Mar en Cantabria, a 30 kilómetros al oeste de Santander. Estas cuevas fueron incluidas en los sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1985.
En 2008 se cambió el nombre patrimonial de " Cuevas de Altamira " a " Arte Rupestre Paleolítico del Norte de España " tras la incorporación de otras 17 cuevas.
Las cuevas de Altamira, Peña de Candamo, Tito Bustillo, Covaciella, Llonín, El Pindal, Chufín, Hornos de la Peña, Las Monedas, La Pasiega, Las Chimeneas, El Castillo, El Pendo, La Garma, Covalanas, Santimamiñe, Ekain y Los Altxerri han sido documentados e investigados desde su descubrimiento, por lo que sus valores patrimoniales son ampliamente conocidos.
No existe la menor duda sobre la autenticidad del arte rupestre del norte de España y su atribución al Paleolítico Superior, y ningún experto las ha puesto en duda. La innovación tecnológica ha permitido mejorar métodos y técnicas de análisis, como los métodos de datación, que permiten determinar con mayor precisión las cronologías del arte, o la tecnología geomática, que ha mejorado significativamente la precisión en la documentación formal y espacial de las expresiones. arte rupestre y las cuevas en las que se encuentran.
Nunca se ha realizado una restauración de obras de arte paleolíticas parcialmente dañadas por escurrimiento de agua o cualquier otra causa, lo que significa que la autenticidad del arte es completa.
La autenticidad del arte rupestre del norte de España se expresa en particular por los cambios de formas consistentes y fácilmente identificables dentro de una entidad regional, el uso de materiales y sustancias provenientes directamente del entorno circundante, y las formas de vida paleolíticas, el uso característico de las cuevas kársticas en el región, dando como resultado un arte que se integra plenamente en la vida de las comunidades humanas del Paleolítico, y expresa las necesidades simbólicas y espirituales de las comunidades.