Inició su carrera dedicándose al dibujo, luego a los 12 años empezó a hacer óleos. En sus primeros dibujos de 1956 aparecían revolucionarios vistos desde la ventana de su casa en Kispest, saliéndole tan perfectos que su madre escondió estas obras.1 Desde los 1970 durante 15 años utilizaba a sí mismo como modelo, siendo la principal causa de ello que le fastidiaba la presencia de otros mientras trabajaba en sus obras. Sin embargo no sólo alejaba a las personas de su alrededor sino también a la luz natural.1 Su primera exposición fue en una galería de París, a los 17 años. Estas pinturas las dibujaba con bolígrafo, y eran retratos generando efectos de fotografía.1 En 1973 se celebró su primer exposición importante en el Museo de Artes Modernas de París.2 Desde entonces varias galerías extranjeras competían por exponer sus obras, así que más tarde sus pinturas tuvieron lugar en pinacotecas de Copenhague, Roma, París, Múnich, Bruselas, Basilea, Nueva York, Los Ángeles y San Francisco.
En su primer época, en vez de retratos, pintaba varios objetos en posiciones complicadas. Ha impactado al público con su bodegón de los intestinos.1 Entonces en sus obras a menudo se representaba en posiciones muy raras, con extremidades atadas, ojos tapados, o bien junto con objetos extraños.
A finales de los 70 y principios de 1980, su gama de colores constaba de azul, lila y sus combinaciones frías. En los 80 pintó varios fragmentos de brazo y pierna, así como bodegones, figuras femeninas, basados, por supuesto, en fotografías.1 Desde 1988 pintaba sólo figuras femeninas, utilizando muchas veces a sus propias hijas como modelos. Como su costumbre, junto a los cuerpos femeninos cubiertos de sábanas, se hallaban también objetos raros. No obstante, en sus bodegones representaba, sobre todo, botellas y frutas (manzanas, naranjas, melocotones, peras). El fondo de sus pinturas era, por lo general, la simple pared blanca, aunque también pintaba con meticulosidad las hendiduras de esta.